Sunday, February 22, 2009

Primer paso

IV.

En El Universal Carlos Monsiváis muestra un panorama ciertamente apocalíptico sobre el 2012, que tiene su origen en la realidad y más que nada en las declaraciones del Secretario de Economía, Gerardo Ruíz Mateos, sobre un presidente narco.
Monsiváis, en su lucubración, habla sobre cuatro Estados y de un ciudadano confuso y lleno de contradicciones.

La columna deja ver un futuro sin futuro, un porvenir sin nada, donde incluso los representantes se tapan la cara para que no los reconozcan al dejar dar juramento a un sujeto proveniente de quién sabe qué facción del narco.
Lo anterior, si bien es ficción, retrata un miedo latente en la población: el miedo al fracaso y sobre todo un miedo a la inacción disfrazada de acción continua sobre las mismas bases ¿Eso qué significa? Un repetir lo que siempre se hace: votar por votar, que se puede traducir en vivir por vivir.
Los políticos ven por ellos mismos y en nada se preocupan por los demás, llámense ciudadanos, éstos, a su vez, en raras ocasiones amplían sus objetivos para el beneficio de un conjunto: es un círculo vicioso donde la culpa recae en cada sujeto.
Incluso ya es un lugar común decir que el cambio inicia con uno, pero así es; se sabe mas no se actúa.


Si la lectura no está en la agenda de los representantes es por su falta de voluntad, es más, por su falta de amor propio ¿Y quién dice que los Otros deben de ser así? Nadie, es por ello que la ciudadanía debe ser autodidacta, si en serio desea modificar su situación.
En el presente el mundo pasa por un momento donde la montaña se hace más grande y quien llegue más rápido es quien puede conseguir mayores posibilidades de ser una nación estable. En México ni siquiera se cuenta con los arneses adecuados, porque los fabricantes (poderes políticos y fácticos) ven por sí mismos y se pelean por ver quién de ellos llega en primer lugar a la cima.
A los representantes no les importa la industria editorial, que en primera instancia, es una industria y por tanto requiere de ingresos para su crecimiento. Dentro de ella entran el autor, editor, impresor, vendedor y por supuesto el lector.
Cada uno de ellos forma parte del proceso por el cual un libro aparece; sus relaciones tienen un plano teórico, que no siempre se ajusta a las actividades que realizan en la práctica. Además, existen sugerencias para desarrollar una industria editorial en tanto que cada país existe con sus propio contexto político, económico y cultural.
Por supuesto, ese último está íntimamente en conexión con la lectura y con la educación. Volviendo a la empresa editorial ésta debe contar, antes que nada, con un público meta, porque sin él ¿Cómo va a desarrollarse?

Todo comienza con un autor dispuesto a propalar su conocimiento, debe quedar claro que éste puede ser un grupo, no sólo una persona y desde el momento en que da un bien a la sociedad debe recibir de ella algo a cambio. También, es relevante concebir al autor como a un inventor quien depende de los demás y éstos de él.
Por su parte, el impresor es el fabricante del libro, quien supuestamente no juega un rol importante en el contenido del texto y su aportación va más encaminada hacia la composición tipográfica, los colores, saber qué papel es el adecuado, a la encuadernación, e incluso es de él y del editor la responsabilidad de corregir los errores del escritor.
En cuanto al vendedor se menciona que compra los libros a un precio menor al que los vende; recibe "el invento" de manos del editor y debe hacer promociones para lograr una buena venta.
Y el editor es quien está en todo el proceso de producción, es quien trabaja con las actrividades que le son propias y en otras donde comparte su labor con los demás factores, ya sea con el vendedor, el impresor, etc.
Aportar dinero, contratar dibujantes y a otros especialistas, turnar el texto a la imprenta y supervisar la actividad, distribuir los libros, así como conseguir formas de conseguir y desarrollar un manuscrito y la preparación del mismo, contar con un buen diseño y saber sobre las ventas y el mercadeo, por ejemplo, lograr promociones de largo alcance, son algunas de las misiones del editor, quien en síntesis, en un comunicador que debe usar todos los media posibles.
Además, un editor debe ser una persona en busca de la continua experimentación: quien no arriesga no gana; aunque es importante saber cómo arriesgarse.


La industria editorial es una espiral donde son relevantes los lectores, autores, vendedores, impresores y los editores, quienes en última instancia comparten un objetivo: propagar el saber para obtener una sociedad de ciudadanos capaces de discernir y lograr un debate en el cual se llegue a acciones convergentes y cuando eso sea posible, entonces el futurismo de Monsiváis puede quedar en palabras y no en una bola de cristal con una exactitud mayor al 50%.

Según una hipótesis, una acción que se realiza constantemente conlleva que se transforme en un movimiento de fácil alcance para las generaciones futuras ¿O acaso los niños no aprenden más rápido que sus padres a usar una computadora?

Por supuesto, todo empieza con una labor, con un primer paso: creer en uno mismo y actuar de acorde a ese pensamiento.

Smith, Jr. Datus C. Guía para la publicación de libros. Asociación de Editoriales de Instituciones de Educación Superior de México. Guadalajara, 1991.


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