Thursday, February 12, 2009

Poco Afortunada

Ella grita en medio de la turbulencia y nadie la escucha, su voz es un gemido entre los lobos que están sobre ella. La mano se desliza sin suscitar ninguna reacción y ella lo comprende. La fuerza bruta nunca llega a su límite y los tres quedan cansados, la fémina comienza un camino sin vida; da un paso, pero no lo siente; ve, mas no presta atención: es un zombie.

La estación de policía está abierta. El chorro de sangre entra junto con ella y todos la observan y nadie la ayuda, nadie le da una mano, simplemente cae con una lágrima en cada ojo y el "trapeólogo" corre hacia su ubicación.

Húmedo, ella está empapada, no sabe de qué. En derredor el sujeto, quien combate a La Mugre, ya se lleva la cubeta; dentro de ésta queda la memoria de la mujer, ahora no sabe quién es. El sujeto que barre y limpia es culpable. La ha movido y en su afán por hacer rápido su trabajo le ha pegado a una pecera, misma que ha caído sobre Poco Afortunada, quien, en este instante, no recuerda su nombre y mucho menos el quid de su estancia en aquel lugar donde entra una niña, a ella le parece una niña, envuelta en una cascada de sangre, que va de su nariz a sus rodillas y pasa por su pecho, abdomen y muslos.

"A mí ella no me importa", piensa Poco Afortunada y sale del lugar donde la infante, que se llama Estoy Destrozada, se desmaya y hacia ella corre el "trapeólogo"...


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