La pared refleja sombras y la ventana las descubre; ellas están al otro lado, vuelan con una sincronía usual en su especie: no se empujan, no maldicen y a las madres las dejan en paz.
¡Cuánta diferencia!
¡Qué bueno que soy humano, de lo contrario todo se limitaría a seguir una línea perfecta!
¡Cuánta diferencia!
¡Qué bueno que soy humano, de lo contrario todo se limitaría a seguir una línea perfecta!
0 comments:
Post a Comment