Friday, February 13, 2009

Abre la puerta

I.

La educación. Ella es uno de los pilares de una sociedad. Si un niño sólo lee porque es su tarea, entonces, el Sistema, llámese Estado, contiene elementos inservibles, inocuos para crear un círculo de Ciudadanos (sí, con mayúsculas).
Carlos Monsiváis en su texto, Elogio (innecesario) de los libros, disecciona la situación de la industria editorial y lo que ésta conlleva, por ejemplo, a los lectores, autores, etc. para llegar a un punto verídico: la lectura conlleva pasión, descubrimiento y saltos cuánticos a otras realidades.
El metro de la ciudad de México traga y escupe personas en cada estación y a cada instante. En este contexto pocos o casi nadie lee. Y quizá no es porque no quieran, sino ¿Cómo hacerlo cuando la situación no lo permite?
Si bien la lectura implica campañas de difusión, un mayor apoyo a la literatura y a la enseñanza, también conlleva cambios en la infraestructura física y mental. La segunda se refiere al papel que juegan las familias, las escuelas y los media con respecto al aprendizaje del público, no audiencia.
¿Por qué no audiencia? Ese término evoca a un porcentaje, a números. Por otro lado, públicos remite a sujetos capaces de usar su cerebro. Las grandes empresas piensan en los primeros, no en los segundos y por ello dentro de las mismas no se difunden, en cada corte comercial, actividades culturales.
Monsiváis, en su elogio, no se olvida de quiénes son los que agitan los huevos: EE UU. Ese país impone. En síntesis, los estadounidenses llevan su paradigma a todo el planeta, incluso a lugares donde no es viable aplicarlo.
Uno de esos espacios, que no cuenta con la posibilidad de implementar de forma eficiente aquel modelo, es México. ¿A qué se refiere el adjetivo eficiente? A resultados claros, por ejemplo, a lectores apasionados, no a simples máquinas que padecen de obesidad de información y no de gula analítica.
Lo peor es cómo los Best – Sellers, las guías de auto ayuda y de superación personal florecen en un campo cuyas semillas no maduran, en parte, por las políticas del medievo en la educación: ¿A quién se le ocurre pugnar por implementar en las escuelas públicas la teoría creacionista? ¡Sí, a la Secretaría de Educación Pública (SEP)! Bien, Josefina, bien.
Sin dinero, ideas ni ganas, la industria editorial en México no avanza y se mantiene estática. Los lectores no llegan, porque estos no existen y no existen gracias a la familia, a la educación, a los media, a los magnates, al poder político.
Al Ejecutivo no le conviene una sociedad de Ciudadanos, quienes practiquen la crítica y den opciones. En este país, donde el cambio de partido no da como resultado una modificación de paradigma, la gente de a pie, en su mayoría, vive muerta.
Los empresarios, los consorcios, los tres poderes, los sindicatos, todos ellos atentan contra la inteligencia del pueblo, mas éste no reacciona, éste debe cumplir con sus derechos y obligaciones, para así transmitir nuevas ideas a los infantes.
El maestro no tiene dinero y no transmite pasión a sus estudiantes, dice Monsiváis, porque no vive como él quisiera. Si los adultos están cansados, de los jóvenes es la responsabilidad para buscar nuevos senderos.
La tecnología es parte de ese ver hacia otros caminos, para llevar al mundo, en general, a nuevos resultados. Para Monsiváis un problema en la falta de lectura radica en la iconografía. Ello puede ser cierto, mas no por tal motivo se debe satanizar a las TIC.
Los niños de hoy en día sí son más visuales y esa característica se debe explotar para transmitir a los infantes una gran pasión por la lectura: los sitios web con más visitas siempre son los más dinámicos, en los que confluye el texto, sonido y video.
La modificación en la actitud implica un cambio de pensamiento. La familia quizá no tenga todo el día para convivir con los niños, pero tiene algunos instantes. Dentro de esos minutos es necesario propalar algo más que violencia a los Ciudadanos del mañana.
El círculo: trabajo sólo por dinero, llego enojado, maltrato a mis seres cercanos, quienes aprenden a maltratar y a ser simples muertos con vida debe erradicarse.
Y todo comienza con una convicción, cuyo origen está en dos preguntas: ¿Qué país, qué futuro deseo? ¿Uno donde los barones del dinero sean los amos de cada decisión o donde los políticos vivan como reyes y no le rindan cuentas a nadie o uno que practique la toma de decisiones por medio del análisis y de la crítica?
La lectura abre mundos y reflexiones. ¿Quieres el cuarto obscuro o prefieres abrir la puerta?

Bibliografía.
Monsiváis, Carlos. Elogio (innecesario) de los libros. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. 2004.

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